Miedo, es decir, temer algo. Se puede temer a las arañas, al
fuego, a los perros, a las palabras largas o, simplemente puedes temer al amor.
Quizás te parezca una tontería pero, existen personas que poseen
este último miedo. Y dichas personas pueden temer ser rechazadas o ser aceptadas.
Al sentir miedo de ser aceptada te sientes confusa y es entonces
cuando te da por pensar ¿y ahora qué?, tras
escuchar una respuesta afirmativa, un te
quiero, un quiero que estés a mi lado. Te sientes perdida, como un animal enjaulado. No sabes cómo
enfrentarte a tus miedos porque tampoco
puedes huir y si lo haces, una sensación desagradable te recorre por dentro, un
sentimiento de soledad al no tener a una persona especial a tu lado. Ves
parejas felices, paseando por el parque, agarradas de la mano y recibiendo
muestras de amor, una tras otra, mientras piensas por qué no puedes ser una de
ellas.
Estas en permanente conflicto. Si estás sola hechas en falta
alguien pero, cuando llega el momento de empezar una relación con una persona
tienes miedo, temes algo. Estas incómoda. En este caso se podría aplicar el
dicho de ‘es como el perro del hortelano, ni come ni deja comer'. Pero no sabes
qué puede hacerte sentir así y esto provoca múltiples depresiones que se
prolongan en el tiempo, y qué te hacen
perder muchas experiencias propias de la edad, experiencias que se van con los tiempos
que no volverán y que, por lo tanto, no tendrás oportunidad de repetir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario