Soy un baúl de sueños por cumplir, una chica que se pasa más tiempo en la Luna que en La Tierra.

sábado, 29 de octubre de 2011

Te odio por haber desaparecido de mi vida. Te odio por haberme dejado sola. Te odio por cada una de mis lágrimas que te dediqué. Te odio por cada noche que no pude dormir pensando en ti.



Pero, sobre todo, te odio por haber vuelto.

domingo, 23 de octubre de 2011


Poco a poco la vida va pasando y, con ella, lo hace nuestro tiempo.
El tiempo no se para, el tiempo no espera, el tiempo no va más despacio pero tampoco más rápido.El tiempo es irrepetible al igual que los momentos. Por mucho que lo intentemos nunca se repetirá ninguno pero, siempre nos quedaran los recuerdos. Pequeños intentos de no olvidar los momentos especiales. Resquicios de nuestros actos pasados...

viernes, 21 de octubre de 2011

Autoestima.



Cuando nuestra autoestima empieza a decaer nos sentimos tristes, sin ganas de nada. No somos capaces de valorar nuestras capacidades ni nuestras virtudes. Nuestros defectos salen a la luz y se visten de llamativos colores  para que no nos olvidemos de que están ahí, persiguiéndonos, sin descanso.

A lo largo de nuestra vida deseamos cosas, extraños deseos que creemos  que nos darán la felicidad y, hasta que no los conseguimos no paramos. Para conseguir estas cosas necesitamos lanzarnos, creer en nosotros mismos, tener una autoestima alta. Cuando esto no es así, no hacemos todo lo que podríamos para conseguirlo. Al no esforzarnos, no lo logramos y, al no conseguirlo, nuestra autoestima baja. Entramos entonces en un círculo vicioso del que es muy difícil salir. 

jueves, 20 de octubre de 2011

Hiroshima

Un 5 de agosto de 1945 Hikaru se encontraba en Tokio, capital de Japón. Su mujer y sus tres hijos se habían quedado en Hiroshima, una pequeña ciudad al sur del país. Había sido duro dejarles allí en plena Guerra Mundial pero creyó que era la mejor opción. Lo que no sabía era que ese día, a las ocho y cuarto de la mañana, mientras sus hijos se dirigían a la escuela, un avión dejaría caer la primera bomba atómica llamada Little Boy. Sólo un edificio con una gran cúpula quedó en pie. Todo lo demás fue arrasado y cristales de edificios que se encontraban a más de 15Km del epicentro también explotaron. Murieron muchísimas personas, gente que quedó calcinada: su cuerpo, su vida, sus recuerdos... Esto fue lo que le ocurrió a la familia de Hikaru, un horrible final para una gente que no había hecho daño a nadie. Una decisión errónea que le costó a un pobre hombre perder lo que más quería.


Fue muy duro para él visitar la ciudad, descubrir que, lo único que quedaba era ceniza y escombros. Alguna gente sobrevivió, sí, pero murió a los pocos meses o quedaron mutilados, marcas que les recordaban la terrible masacre hasta el final de sus vidas. Lloró, le suplicó a Dios que le devolviese a su mujer y a sus hijos pero nada podía obrar ese milagro. Así que subió a un monte cercano y, en la cima, se postró de rodillas. Después volvió a suplicar al dios que había abandonado a su familia que lo llevase con él, no quería seguir viviendo en medio de la desgracia .No obtuvo respuesta. Alguna gente piensa que fue un acto de cobardes lo que hizo a continuación pero, en un mundo que se destruía por momentos, nadie querría vivir para ver el final. De esta forma un hombre decidió su final, eligió cuando morir y de qué forma, recordando la sonrisa de su mujer, los primeros pasos de sus hijos y su alegría cuando llegaba la navidad. Después cerró los ojos y saltó. Una lágrima corrió por su mejilla y acabó en el suelo, como él, perdida para siempre en medio del caos...
Perfect is boring


miércoles, 19 de octubre de 2011

Un día normal, en un pasillo de un instituto cualquiera, entre clase y clase, una chica cualquiera hablaba con su amiga. Ella asentía de vez en cuando, sonreía otras veces, le prestaba atención, pero, todo cambiaba cuando le veía aparecer.
Un nerviosismo incontrolable se apoderaba de ella, empezaba a temblar y a decir cosas incomprensibles hasta el punto de hacerla parecer un tanto idiota.


Sus ojos buscaban los suyos, necesitaba comprobar si él se fijaba en ella. 
En ocasiones los ojos de ambos se encontraban. Un leve rubor aparecía en las mejillas de ella y una expresión de indiferencia en el rostro de él.
Otras veces la mirada de  la chica se posaba en él y su mente viajaba, muy lejos de allí, a un mundo muy lejano.
Pero ya da igual. Todo eso quedó atrás. Se ha ido. No le volverá a ver, quizás algún día tonto en el que la suerte le sonría .No importa. La dejaste sola.