Un día normal, en un pasillo de un instituto cualquiera, entre clase y clase, una chica cualquiera hablaba con su amiga. Ella asentía de vez en cuando, sonreía otras veces, le prestaba atención, pero, todo cambiaba cuando le veía aparecer.
Un nerviosismo incontrolable se apoderaba de ella, empezaba a temblar y a decir cosas incomprensibles hasta el punto de hacerla parecer un tanto idiota.
Un nerviosismo incontrolable se apoderaba de ella, empezaba a temblar y a decir cosas incomprensibles hasta el punto de hacerla parecer un tanto idiota.
Sus ojos buscaban los suyos, necesitaba comprobar si él se fijaba en ella.
En ocasiones los ojos de ambos se encontraban. Un leve rubor aparecía en las mejillas de ella y una expresión de indiferencia en el rostro de él.
Otras veces la mirada de la chica se posaba en él y su mente viajaba, muy lejos de allí, a un mundo muy lejano.
Pero ya da igual. Todo eso quedó atrás. Se ha ido. No le volverá a ver, quizás algún día tonto en el que la suerte le sonría .No importa. La dejaste sola.
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